El municipio de Solórzano, situado a 37 Km de Santander, se encuentra situado al oriente de Cantabria, siendo uno de los municipios que conforman la comarca histórica de Trasmiera. Cuenta con una extensión de 25,5 Km2, y limita al norte con los municipios de Hazas de Cesto y Ribamontán al Monte, al este con Voto, al oeste con Entrambasaguas y al sur con Ruesga. Posee una situación estratégica, suponiendo una importante vía de comunicación entre estos municipios trasmeranos y el de Ruesga, en el Alto Asón.

Solorzano-desde-la-Revoltona
Valle de Solorzano

Las primeras evidencias de presencia humana en el entorno de Solórzano se localizan en diversas cavidades del cercano municipio de Voto (Otero, Chora, Cobrante, etc.) en las que han aparecido numerosos materiales datados en el paleolítico. El periodo de administración romana de los antiguos territorios cántabros se limita en estos parajes, a hallazgos numismáticos que no permiten formular hipótesis serias sobre un poblamiento de este territorio tras la conquista, culminada en los últimos años del siglo I a. C.

Las entidades que integran en la actualidad este término municipal aparecen documentadas a inicios del segundo milenio. La villa de Solórzano en concreto aparece citada en un escrito fechado en el año 1083, que se conserva en el cartulario de Nuestra Señora de Puerto en Santoña. A lo largo de aquel periodo se constituyeron las entidades administrativas que terminaron conformando la Junta de Cesto: los concejos Adal, Ambrosero, Bárcena, Beranga, Cicero y Barrio de Ballesteros, Hazas, Moncalián, Praves, Riaño y Solórzano. Aquella junta era una de las cinco que conformaban la Merindad de Trasmiera. Se trataba ésta de un distrito articulado a lo largo de la Edad Media, que se integró en tiempos de los Reyes Católicos en el Corregimiento de las Cuatro Villas de la Costa de la Mar y logró sobrevivir hasta el siglo XIX.

Durante la Edad Moderna la Junta de Cesto fue cuna de numerosos maestros canteros, entre los cuales sobresalieron los miembros de la estirpe de los Solórzano.
En el año 1822, en el marco del Trienio Liberal, se instituyeron los ayuntamientos constitucionales y la junta se dividió en tres términos municipales: Bárcena de Cicero, Hazas de Cesto y Solórzano (Solórzano y Riaño). En un principio, este último formó parte del partido judicial de Liérganes (1822), aunque después pasó a depender del de Entrambasaguas (1835), hasta que en el año 1885 quedó adscrito definitivamente al partido de Santoña, permaneciendo en él en la actualidad.

Personajes históricos relevantes del municipio de Solórzano

Los Solórzano. Los miembros de esta dinastía de maestros de cantería, naturales de la Junta de Cesto, son distinguidos representantes del estilo hispanoflamenco. Éste fue acuñado por personajes como Juan Guas y Simón de Colonia y se difundió por la Península Ibérica en las décadas finales del siglo XV y las primeras del XVI. Sobresale Bartolomé de Solórzano a quien se documenta activo en la catedral de Palencia en el año 1466. En 1488 fue hecho maestro mayor de obras de este templo, encargándose de seguir las trazas de Simón de Colonia –fue responsable del cierre de la bóveda del crucero–. En 1489, fue nombrado maestro de obras de la catedral de Oviedo, en sustitución de Juan de Candamo, –aquí levantó los dos últimos tramos de las naves y cerró el tercero–. Además de ocuparse de estas dos sedes, hasta el final de su vida intervino en otras empresas como la catedral de Coria y el convento de Santa Isabel de Valladolid. Falleció en 1509.

Otros miembros destacados de la familia son su hermano Martín y su hijo Gaspar. Martín de Solórzano contrató en 1495 la librería de la catedral de Ávila. Además trabajó en las catedrales de Coria (1496) y Palencia (1504-1506). Se le han atribuido San Juan Bautista de Santoyo y la Asunción de Arnuero. Gaspar de Solórzano sucedió a su padre Bartolomé en el cargo de maestro mayor de la catedral de Palencia y fue hecho veedor de obras de la diócesis. Intervino en obras como Santa María de Rioseco (1516) y Santa Clara de Medina (1529). También se le atribuyen las trazas de Valverde de Campos y Valdenebro de los Valles en Valladolid.

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